martes, 28 de septiembre de 2010

Mis razones para ir a la huelga

Muy buenas chic@s, hoy toca ponerse serio. Mañana hay convocada una huelga general en España, lo que significa, que todos los trabajadores estamos llamados a defender nuestros intereses. Muchos de vosotr@s ya tendréis bastante claro si vais a hacer huelga o no. No os quiero convencer de nada. Yo tengo mi opinión y me gustaría compatirla.

Las razones que esgrimen los sindicatos, las más importantes, son el retraso de la jubilación (que es discutible por generalizarse hasta los 67 años), la introducción del despido libre (encubierto bajo la razón de "posibles pérdidas" en la empresa) o la entrada de las ETTs en la empresa pública.

No estoy a favor de ninguna de estas cosas. Aunque hay quien piensa que una reforma laboral es necesaria en este pais. En eso estamos de acuerdo. Ha habido una crisis en esta pais (en realidad a nivel mundial, las economías están unidas), pero los culpables NO han sido los trabajadores. Pero se nos pide que demos nuestro brazo a torcer, perdiendo ciertos derechos adquiridos a lo largo de los años.

Esos derechos, que son por los que peleamos, los ganaron en su momento nuestros padres, abuelos, etc. A ellos hemos de darle las gracias por trabajar 40 horas semanales y no 60 o 70. Imagino que sabéis que la jornada de 40 horas (que permite conciliar medianemente bien la vida familiar y laboral) se consiguió a base de huelgas, protestas y lucha sindical. La patronal nunca accedió por las buenas a esto.

Lo mismo ocurre con el derecho a huelga (que mañana podremos ejercer), los descansos para tomar café o almorzar, las vacaciones remuneradas, las subidas de sueldo anuales (por escasas que sean), etc. Todo esto se consiguió hace muchos años, como os digo, porque un grupo de hombres y mujeres se puso en pie y exigió un cambio. Si ellos no hubieran hecho nada, nuestra vida hoy en día, sería muy distinta.

En cambio, mañana podemos-debemos defender lo que el gobierno "socialista" nos quiere quitar. Tened claro que los primeros afectados seremos nosotros. Pero hay que pensar más allá. Nuestros hijos, al estudiar historia, nos preguntarán qué hizo que diéramos nuestro brazo a torcer en este 2.010. ¿Qué explicación les daremos?. Nos vamos a vender ,por no perder un mísero día de trabajo y los 4 asquerosos euros que nos darán si vamos a trabajar. En cambio, si dejamos de percibir varios cientos de euros o incluso miles por una indemnización inferior a la que nos correspondería, nos tendremos que tragar el sapo.

Nuestros padres y abuelos, se jugaron el tipo para nuestro bienestar actual. En cambio, nosotros, preferimos agachar la cabeza e inventarnos excusas baratas para evadir nuestra responsabilidad. Y será responsabilidad nuestra. Solo tuya. Solo mía. Y yo pienso mirar a los ojos a mis hijos y decirles que luché por mis derechos que eran los suyos.

martes, 21 de septiembre de 2010

Araña como animal de compañía

Si, si, no me miréis como si me hubiera vuelto loco (que eso pasó hace mucho, no debería ser novedad a estas alturas...). Hay quien tiene gatos, quien tiene perros, o quien tiene conejos... Pero yo tengo una araña!!!

¿Veis como os dice "hola" con la patita?

Cosas de la vida, hace un par de semanas, una araña se ha instalado en mi moto, lo cual no deja de ser extraño, porque la uso a diario y no debe de ser una vida nada tranquila, el ir de aquí para allá subida en una moto. Que digo yo, vamos... siempre que pienso en arañas, me suelo acordar de esos seres pequeñitos (y desagradables, todo sea cierto) que habitan tranquilamente tejiendo telas de araña, para poder tener algo que llevarse a la boca (¿las arañas tiene boca...?).

Nuestra relación es un poco rutinaria... bajo a por la moto al garaje a las 8 de la mañana y allí está ella, en todo el centro de su tela, esperándome y con su: "buenos días mozalbete" preparado. Pero claro... yo no entiendo el idioma arácnido y la comunicación acaba ahí. En cuanto arranco mi Varadero, la pobre se asusta y se mete entre un plástico y el radiador derecho. Y allí permanece hasta que las cosas se calman, que es al guardar la moto otra vez por la tarde-noche. Y así día tras día... Pensé que nuestra relación se acabaría al llegar las lluvias... pero la muy cabr... la muy guapísima, es inmune al agua!!! Tanto ella como su tela de araña.

Total, que yo que soy una mezcla entre ecologista y vago (vamos, que no quiero matar a la pobre araña y tambien me da pereza, que os lo tengo que traducir todo...), he decidido esperar a que se canse de acompañarme.

No tengo gato, no tengo perro, no tengo peces de colores, ni novia. Pero tengo una araña. ¿Qué pasa?

Posdata: ¡¡¡ayudadme a ponerle nombre!!!!

viernes, 10 de septiembre de 2010

"La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina" de Stieg Larsson (el libro)

Como ya ocurrió con la primera parte de la trilogía "Millenium", esta segunda empezé viendo la película y ahora acabo de leer el libro. En su momento os expliqué que me gustó mucho aplicar este orden, que difiere del habitual para estos casos. En cambio, en este caso, la mediocre 2ª película, creo que me ha condicionado para el 2ª libro. No me malinterpretéis... el libro es muy bueno: completamente obligatoria su lectura, sobre todo si has decidido leerte el primero, pues aquí se resuelven muchas de las incógnitas que nos dejaban el señor Larsson tras el fenomenal primer volumen de la saga.

¿Y mi impresión del libro...? Pues que, sin ser la obra maestra del primero, si que es un gran libro, aunque se vuelve algo denso y lento en las páginas centrales (800 páginas no deben ser fáciles de llenar...). Por otra parte, no dejó de sorprenderme la cantidad de datos nuevos que encuentras en el libro y que en la película ni se mencionan... No son ya pequeños retoques para hacer "filmable" el libro, es que directamente se come asuntos "muy fuertes" que darían un vuelco a la historia si se supiesen... Los que habíes leido el libro y luego visto la película (o al revés, como yo) sabréis a qué me refiero...

Ahora ya sólo me queda que me traigan el tercer libro. Esta vez, leeré primero el libro, pues prefiero conocer el final de todo esto a lo grande: con la lectura. Una vez leido y saboreado, ya veré la película y así podré valorar si hice bien al principio, cambiando el orden natural de los tandems libro-película.

Una cosa que me di cuenta ayer, es que estoy más cerca del final... y no me gusta. No me quiero despedir de Lisbeth, de Kale, de Erika, de Armanskij ni de ninguno más. Forman parte de mis noches de insomnio, de emociones contrapuestas y un libro entre mis manos.

Aún me queda otro libro, el último. A por él.