lunes, 28 de febrero de 2011

Cisne negro (Black Swan), la película

Muy buenas a todos/as, bienvenidos a una nueva entrega de este blog. En esta ocasión os voy a hablar de una película. Atrás quedaron los post de mecánica, que tan poco éxito tienen entre mis conocidos, pero que "tanto éxito" tienen en internet.

Cartel de la película

Black Swan, traducida a nuestro pais como "Cisne Negro" del desconocido (para mi) Darren Aronofsky, está protagonizada por Natalie Portman (V de Vendetta, La guerra de las galaxias, Closer) y la televisiva Mila Kunis (That's 70 show), que la acompaña muy dignamente como secundaria. Estamos ante (para mi) una obra maestra del cine. Y lo digo de antemano, porque el sábado pude verla en el cine y me fui a casa tan contento. De impecable guión, cuidadas interpretaciones, excelente secundarios, como la ya mencionada Mila Kunis, Wynona Ryder, Vincent Cassel y Barbara Hershey. Sin querer desvelar nada de la historia, porque merece ser descubierta poco a poco, narra la creación por parte de un grupo de ballet de "El lago de los cisnes", el clásico de Tchaikovsky.

Rodaje de la película (Vincent Cassel y Natalie Portman)

Más allá de un documental sobre el ballet, esta película nos sumerge en el proceso de creación propio de los artistas, donde han de involucrarse en la personalidad propia del personaje que han de desarrollar. Una y otra vez, vemos cómo la caracterización exterior de los actores, nos hace pensar que estamos ante el auténtico personaje. ¿Pero qué hay de la caracterización interior? Solo los actores que son capaces de hacer suyos en su forma de pensar,de vivir y de respirar del personaje al cual interpretan pueden brindar interpretaciones dignas de alabar.

¿Cisne negro o cisne blanco?

Es "Cisne Negro" una película de actores que descienden al infierno, para sacar de ellos mismos al personaje que han de mostrar al público. El público es (somos) voraces devoradores de personajes, moldeados sobre actores que han de plegarse ante los papeles que desarrollan. Cueste lo que cueste. Y la protagonista de la película es Nina, una bailarina de ballet que al igual que Natalie Portman, que la interpreta, nos regalan unos papeles dignos de Oscar.

Posdata: y efectivamente Natalie Portman ha obtenido el Oscar a la mejor actriz principal por su papel en esta película. Enhorabuena.

viernes, 18 de febrero de 2011

Reservoir Dogs, de Quentin Tarantino

En el año 1992, Quentin Tarantino, un señor alto, desgarbado y feo como él solo, era un completo desconocido. Le conocían en su portal, por ser el típico flipadete, pero más allá de esos límites era un don nadie. Se vió negro para conseguir dinero para esta "Reservoir Dogs", su primer largometraje, aunque estoy seguro que los que pusieron el dinero (Harvey Keitel, entre otros) han recuperado la inversión incial con creces.



El señor Keitel (El Piano, Pulp Fiction), además de poner pasta, le dió por co-protagonizar la película junto al mismo Tarantino (este tío es un poco Alfred Hitchcock, que le encanta salir en sus pelis), Tim Roth (Four Rooms, Pulp Fiction), Steve Buscemi (Armageddon, Fargo, Con Air, Pulp Fiction), Michael Madsen (Kill Bill, Sin City), Chris Penn (Mulholland Falls, Starsky & Hutch) y Lawrence Tierney (El honor de los Prizzi, Star Trek the next generation). Casi todos ellos, son hoy en día grandes actores gracias a las fama de esta película y posteriores del señor Tarantino, porque como podéis leer, la mayor parte de ellos, repitió con el director en otras de sus películas.

Y aquí radica el encanto de la película: en un acto de coherencia, el señor Tarantino se marca una linea editorial clara y decidida: sus actores fetiche, sus diálogos directos y duros, sus historias cargadas de saltos en el tiempo, sus escenas de acción descarnada, sus largos y seleccionados planos-secuencia y su selecta música. Viendo esta "Reservoir Dogs", ahora con los años y tras ver sus otras realizaciones, no cabe duda de su marcado e inconfundible estilo. La había visto hace bastante tiempo, pero me han encantado ciertas secuencias que ahora son míticas, iconos del cine moderno:





La pregunta es... ¿la recomiendo? ¿a quien? ¿para qué? ¿por qué?. Las respuestas:

- ¿la recomiendo?: desde luego, es un clásico del cine moderno.

- ¿a quien? a cualquiera que desee querer comprender el cine actual y así aprender a distinguir la calidad.

- ¿para qué? Noches de lunes, domingos de lluvia, sábados noche sin plan. Cualquier día es bueno para recordar esta película.

- ¿por qué? Porque nunca, nadie se había iniciado en esto de los largometrajes con tanto acierto. Parece como si Tarantino llevara toda la vida con la película rodada en su cabeza y la hubiera sacado tal cual de ella.

Un saludo internautas, bienvenidos al CINE TARANTINO.

martes, 15 de febrero de 2011

El nombre de la rosa (el libro) de Umberto Eco

Muy buenas a todos/as. Como ya os advertí en esta entrada, estas últimas semanas las he dedicado a leer este famoso libro del escritor italiano Umberto Eco. Todos/as hemos visto la película, pero el libro, si bien es de sobras conocido, era otra de esas asignaturas pendientes que tenía. Un amigo, me comentó la gran cantidad de historias que encierra tras varias posibles interpretaciones y eso me hizo dar el paso.



¿Y qué me ha parecido? Bueno, no sé cómo explicarlo bien. No soy un gran lector, soy un aficionado a la lectura, alguien de "ciencias", que va y viene por las "letras" con más o menos éxito. En Latín (en mi época el Latín era obligatorio en la enseñanza secundaria) se desarrolla una pequeña parte del texto. Esto hace ligeramente pesada la lectura... pero no es lo peor... Durante párrafos y párrafos los personajes se enzarzan en discusiones teológicas, en las cuales se describen las diferentes corrientes de pensamiento dentro de la Iglesia Católica de aquellos siglos (XI y XII), llegando a ser cargantes, por descriptivas, dichas conversaciones. Durante páginas y páginas te sientes perdido y tratas de evitar caer en la desesperación provocada por tanta densidad. Os lo repito, no soy un lector muy culto... soy alguien del montón, que trata de entretenerse con lo que lee, ni mas ni menos...

Tratando de buscar algo bueno, es agradable descubrir las luchas político-religiosas que vivieron aquellos años, así como la forma de ir descifrando los misterios, basándose siempre en deducciones lógicas, muy al estilo Sherlock Holmes. De hecho, el prota, Guillermo de Baskerville, debe su apellido al famoso libro de Agatha Christie "El perro de los Baskerville". Tambien podemos destacar al narrador de la historia, Adso, que con su inocencia es capaz de hacer que nos identifiquemos con él... sentimiento que se diluye al pasar las páginas y vernos "maltratados" por la implacable densidad del texto.

¿Lo recomiendo? Bueno... a nivel medio no mucho. La película es lo suficiente buena y accesible como para hacer valer el refrán de los vagos: "Estando la película.. ¿por qué voy a leer el libro?"

¡Saludos digitales a todos mis lectores!

jueves, 10 de febrero de 2011

Enfriando una Yamaha XT 350

¡ACTUALIZACIÓN: Poner un reloj de temperatura a una XT 350!

Muy buenas a todos/as. Hoy toca artículo técnico, que como siempre, intentaré que sea lo más sencillo posible, para que incluso quien no sepa (o no quiera saber) de mecánica, puede serle de utilidad. El elemento de trabajo es la Yamaha XT 350 que de la que ya os he hablado aquí y aquí. Esta moto está refrigerada por aire, que es una de las formas más económicas de enfriar un motor. A tenor de las distintas formas de transmitirse el calor, según la termodinámica clásica (conducción, convección y radiación), estos motores se liberan del calor generado en su interior (procedente de la combustión de la gasolina y del rozamientos entre sus partes móviles) por conducción y de ahí pasa a la atmósfera por convección. Si la moto está parada, la convección es natural y si está en movimiento, se trata de convección forzada (pues el aire se mueve a cierta velocidad).

Yamaha XT 350, su motor

Una particularidad de los motores MCIA (motores de combustión interna alternativa) es que el aceite que suelen almacenar, además de lubricar sus partes móviles, sirve para enfriarlas y así llevarse el calor de las zonas más calientes (culata y sobre todo la zona del escape) hacia otros sitios menos peligrosos. Por tanto, además de enfriar las partes exteriores con aire, podríamos sacar calor del aceite lubricante, que lo extrae a su vez del motor. Es una forma indirecta de refrigeración. Por sus particularidades, el aceite tiene bastante "inercia térmica", esto es, que le cuesta mucho calentarse, y le cuesta mucho enfriarse. En vehículos dotados de relojes de temperatura para el líquido refirgerante y el aceite, se puede observar que la temperatura óptima de trabajo se alcanza más rápidamente en el refrigerante que en el aceite. Para vuestra información, la temperatura óptima del agua-anticongelante es de unos 90ºC y del aceite unos 100-110ºC. El aceite pasa a ebullición a unos 150ºC, y antes de llegar a esa temperatura ya empieza a perder propiedades. Los fabricantes, para evitar llegar a esa temperatura, utilizan radiadores de aceite, o bien intercambiadores agua-aceite. Un intercambiador agua-aceite no es más que un radiador de aceite, que en vez de usar el aire de la marcha, usa el agua-anticongelante normal para enfriarlo, pues ya habíamos dicho que éste suele estar a unos 90ºc, menor que la temperatura buscada en el aceite. Aquí unos ejemplos:

Vista de un radiador de aceite, bajo el de agua, que suele ser mayor


Intercambiador de agua-aceite


Pero volvamos al caso práctico de mi XT 350. Esta moto está refirgerada por aire y lleva el aceite de lubricación en el carter (se llaman "de carter húmedo"). En motos de campo no es habitual esta configuración porque obliga a un carter muy grande, que puede hacer la moto demasiado bajita. Los normal es almacenar el aceite en el chasis (de tubo hueco) o en depósitos anexos.

Sección del motor XT 350. La zona rayada es sealmacena el aceite

Lo primero de todo es monitorizar esa temperatura del aceite, para confirmar que trabaja a esos 110ºC que dijimos. Existen en el mercado varios kit para ello. Yo he elegido el compuesto por una pequeña pantalla digital y un sensor que mide directamente la temparatura del aceite contenido en el carter. Estos son:


Pantalla con lectura de temperatura de aceite en ºC o ºF

Sonda temperatura de aceite

Como veis, la pantalla está retroiluminada (para ver la temperatura de noche). El sensor (en rojo) sustituye al tornillo de vaciado de aceite del carter. Los hay de diferente métrica, para ajustarse a cada moto. En el caso de mi XT 350, es neceario una M14x1,5.

Una vez obtenida la temparatura del aceite, vamos a ver que ésta oscila bastante, en función de la temperatura exterior o la carga de trabajo. Os pongo 2 ejemplos opuestos:

- Invierno, trayectos cortos a bajas rpm: en este caso, el aceite se calienta poco.

- Verano, largos desplazamientos por autopista a alta velocidad: en este caso, el aceite no es capaz de enfriarse lo suficiente en su carter, cuando la bomba de aceite, le hace subir de nuevo a la culata (donde ya dijimos que están las zonas más calientes).

Para resolver este problema, he valorado diferentes soluciones. Os las ordeno de menos a más difíciles de realizar:

- Si eliminamos la protección cubrecarter, que en campo es muy útil para evitar golpes de piedras, pero en carretera no, el carter se expone más al aire de marcha y baja algo de temperatura.

- Cambiar el guardabarros delantero elevado, por uno más bajo: esto hace que el aire llegue al motor

- Recolocar el claxon: en esta moto, los conductos de plástico que hay en los laterales del depósito, canalizan aire a la culata (zona de gran producción de calor). En la derecha, en el orden de marcha, Yamaha instaló el claxon, limitando la cantidad de aire que puede acceder a través de ella.

- Instalar un radiador de aceite: ésta tal vez es la solución más completa. Existen el mercado varios kits para hacerlo, pero específicos para la Yamaha XT 350 no hay (o no conozco ninguno). Antes de adaptar uno existente hay que tener en cuenta estos factores:

a) La bomba de aceite ¿será capaz de dar el trabajo extra que necesita un circuito máyor?

b) El kit debe disponer de válvulas antiretorno, para evitar descargar el aceite del radiador al parar el motor y además sería conveniente que tuviera un termostato, para evitar enfriar el aceite si no lo necesita. Un aceite frío no fluye y por tanto, no lubrica como es debido. Desde luego no es una opción barata, pero es efectiva 100%.

Os pongo una par de ejemplos, de los más comunes:

Kit universal


Kit específico para la Yamaha TW 200 (motor muy parecido a la XT 350)

- Ahora es cuando os expongo un par de ideas bastante locas:

1) Montar un circuito (que NO utilice la bomba mecánica de la moto), para mandar el aceite a un radiador. Necesitaría de una bomba eléctrica, 2 racores de aceite y un radiador. En el carter se hacen un par de taladros, uno a cada lado del carter y así tener un flujo constante de aceite caliente del carter hasta el radiador, con su retorno. Si la bomba es eléctrica, podemos accionarla si la temperatura sube mucho (controlándolo con el reloj digital arriba expuesto) y nos ahorramos un termostato. Si además el radiador lo instalamos por debajo del nivel de aceite en el carter, evitamos que al parar la bomba, el circuito se descargue y así nos ahorramos la válvula antiretorno.

¿Problemas? Encontrar una bomba pequeña, que acepte aceite a alta temperatura y que hay que taladrar el carter... y eso me da bastante miedito...


Esquema de instalación de la bomba y el radiador

2) Aletear el carter para aumentar su propia capacidad de refrigeración. Este sistema es bastante viejo y relativamente fácil de conseguir. El aleteado, hace que la superfiecie de contacto de un metal aumente, siendo por tanto mayor su capacidad para evacuar el calor. Al igual que se hace con el cilindro (ver primera foto de este post), podríamos hacer con el carter. De hecho, ya se hacía hace muchos años, cuando los motores solo iban por refrigerados por aire. Esta Ducati de resistencia lo demuestra:

Aquí se pueden ver las aletas del carter

La cuestión es... ¿cómo conseguimos ese aleteado? O bien me fabrico un carter nuevo, con ese aleteado, o bien le añado unas aletas. Aquí la informática nos puede facilitar las cosas. Desde la escalada de potencia de los microprocesadores de hace unos años, los pcs y portátiles son auténticos hornos. O bien de serie, o bien como kits, se venden formas de refrigeración de procesadores, memoria Ram, tarjetas gráficas, etc. Los más sencillos y baratos, a la par que flexibles, son estos:

Aluminum Cooler Heat Sink Chipset for RAM Memory - Square Type

Estas piezas, han de adherirse a las paredes exteriores del carter, de manera que el carter y su aceite, pueden evacuar mejor el calor. Los ideal sería que el material de este aleteado fuera de un material con gran conductividad térmica (o lo que es lo mismo, que sea capaz de transportar el calor de manera eficiente). El cobre, por ejemplo, es un gran conductor, pero es bastante caro. El que os he mostrado arriba es de aluminio, material que tiene un índice de conductividad de casi la mitad (209 W/K·m frente a 380 W/K·m).

Bueno, esto es todo lo que os contaré sobre el tema. Ciertamente me ha salido un poco largo, pero espero que haya sido ameno a la par que educativo.

martes, 1 de febrero de 2011

El martirio de la coherencia

Sin que sirva como precedente, voy a utilizar como hilo argumental una frase dicha por Juan Pablo II, el penúltimo papa (por el momento) de la iglesia católica. No voy a ponerme del lado de una organización que como poco, han encubierto durante años a los mayores pederastas de este mundo. No voy a entrar a hablar del oscurantismo que rodea su historia, la Inquisición, su apego al poder como modo de dominación o la falsedad que demuestran mientras piden limosnas y a la vez almacenan los mayores tesoros de este planeta en sus "Museos Vaticanos". No, no voy a hablar de ellos...

Decidía este personaje: "el martirio del siglo XXI es la coherencia". Y me veo en la obligación de darle la razón. Todos a diario, nos vemos en la encruzijada de defender nuestras creencias. No hablo de grandes temas trascendentales (religión, política, etc). Hablo de pequeñas conversaciones donde a veces por conveniencia, otras por educación, otras por desidia, nos vemos obligados a dar nuestro brazo a torcer. Me gusta definir nuestras acciones con el siguiente diagrama:

Diagrama 1


Lo básico del diagrama, no deja lugar a dudas... la teoría dice, que de todo lo que pensamos, una parte se ve reflejada en lo que hablamos y sólo una pequeña parte de todo esto, ha de regular nuestras acciones. Aquí se puede observar que no todo lo que uno piensa, ha de salir por nuestra boca. Ni que todo lo que uno dice, ha de hacerse. Pero lo que SI está claro, es que nuestras acciones han de basarse completamente en nuestro discurso y que éste, deriva directamente de nuestro ideario. Sencillo, ¿verdad? Vale, pero esto es una pura patraña... No conozco a nadie capaz de vivir tan arrajatabla su vida... De ahí mi convencimiento en lo que decía anteriomente: "el martirio del siglo XXI es la coherencia". Más bien, el diagrama expuesto anteriormente se desarrolla de la siguiente manera:

Diagrama 2

Este diagrama sí que me parece más real. ¿Qué quiere decir? Pues que nuestras acciones, nuestras palabras y nuestros pensamientos parecen hijos de diferentes padres... No siempre es así, esto me gustaría remarcarlo, pero hay días que llego a casa con esta sensación. Si mi discurso es uno determinado, ¿por qué acabo haciendo otra cosa? ¿cuantas veces no hemos sido capaces llevar a cabo lo que predicamos?. O bien, ante una discusión determinada, no somos capaces de defender nuestras ideas, bien sea por miedo a que la sociedad no las acepte, o bien, porque en el ambiente donde se exponen, no quiere oirnos decir "según qué cosas"... La zona marcada en rojo, es la zona ideal... ese punto donde nuestras acciones, nuestras palabras y nuestro pensamiento se entrelazan y consiguen expresarse de manera única. Como el propio diagrama explica es una zona pequeña, pues pocas veces se da... ¿verdad?

Desde luego esta es mi forma de verlo. No siempre el Diagrama 2 es el que prevalece. Todos los días me levanto con el firme propósito de hacer mío el Diagrama 1 y poder tener la cabeza bien alta mientras defiendo lo que yo creo que es mi forma de ver la vida. No os digo que sea la mejor. No es la más inteligente, ni siquiera la más útil. Es la que tras 31 años de educación continua, experiencias acumuladas y batacazos más o menos sonados, he llegado a desarrollar. Lo bueno, es que (creo) sigue en continua evolución. No es falta de madurez. Al contrario, yo lo veo como la única forma de avanzar y adaptarse. Mi vida de los 31 se parece poco a la que llevaba con 15 y distará de la que lleve con 45. Y me tengo que adaptar.

¿Y vosotros/as? ¿Lleváis a cabo el Diagrama 1 o el Diagrama 2? ¿O tal vez otro? Me gusta imaginar de vez en cuando, en lo que Juan Pablo II pensaba cuando se lamentaba de su lucha por mantener su propia coherencia...