jueves, 3 de mayo de 2012

Scarface

Corría el año 1983. El director de cine Brian de Palma (Los intocables de Eliot Ness, Snake Eyes), le daba al mundo del cine una de sus mayores bofetadas. En "Scarface" dirige a (todo el mundo en pie al oir este nombre) Al Pacino (El Padrino, Serpico, Heat, El abogado del diablo, Un domingo cualquiera), Steven Bauer (Traffic), Michelle Pfeiffer (Mentes peligrosas, Las amistades peligrosas, Yo soy Sam) y Robert Loggia entre otros. El guión es de Oliver Stone (Platoon, The Doors, Nacido el 4 de julio, JFK caso abierto). La mezcla, con estos ingrendientes de tanta calidad, no podía salir de otra manera: obra maestra. El género del cine de gangsters se daba una vuelta de tuerca más.


 Poster de la película

La película comienza con el episodio real del desembarco de miles de cubanos exiliados a los USA desde su pais natal en 1980. El hecho se conoce como el "Éxodo de Muriel". Esto trajo a los USA una cantidad ingente de cubanos que tuvieron que adaptarse a la nueva realidad de este pais. Y esa nueva realidad, era una sociedad corrupta y dominada por una nueva droga que asolaba la juventud: la cocaína. En la cinta se narra el ascenso en ese mundo de Tony Montana (Pacino), que con pocos escrúpulos y mucha sangre fría, se hace con este lucrativo negocio en Miami.

"Say hello to my little friend!"

De una crudeza visual inusitada, al menos para aquellos primeros años 80, rodada con exquisito gusto y grandes planos-secuencia de impresionante calidad, la película está dirigida con precisión de cirujano. El tiempo pondrá en su sitio a los que en su momento denostaron la película. No es la exquisitez visual de "El padrino", tiene más mala leche narrando la historia, pero es igual de contundente. Es como su banda sonora: ochentera, digital e hipnotizante a partes iguales. Las interpretaciones son de quitarse el sombrero tambien. Al Pacino borda el personaje. Si podéis, disfrutad de la versión original con subtítulos y podréis ver la increible transfromación de este actor. Ese inglés cubanizado que hablan en el film, tanto en el idioma como en las formas, son de otorgarle un Oscar. Y no lo hicieron en el 1983. Una lástima.

A Tony Montana le gusta la repostería y se suele manchar con harina..........

Y qué queréis que os diga... yo ayer salí un poco "flipado" de ver la película... Otro clásico que tacho de mi lista de tareas pendientes. Me da rabia pensar que generaciones como la mía y más jóvenes, no pudimos disfrutar en su momento de este pilar del cine. Y sin embargo, se nos llena la boca de opinar sobre las películas de hoy. Nos falta prespectiva y visión global del mundo del cine. Aunque estimados amiguitos/as este mal no nos sacude únicamente en el séptimo arte. Es un problema global.

¡Saludos!